miércoles, 26 de marzo de 2014

PROCESOS Y FASES


PROCESOS Y FASES.

En este apartado se aludirá a una visión estratégica del proceso de asesoramiento, desde la perspectiva de la colaboración. Guarro menciona que hablar de modelo de procesos es acertado en cuanto pone el énfasis en un aspecto esencial del trabajo colaborativo: la generación de procesos que faciliten en las instituciones educativas un cambio cultural.

Por otra parte, la visión estratégica del proceso de asesoramiento colaborativo es una propuesta de trabajo cooperativo que el asesor ofrece al centro como institución para concretar mejor la colaboración entre ambos y cuya finalidad es la generación de una serie de procesos encaminados a la capacitación de la escuela para la investigación y solución de problemas que surgen desde la práctica educativa, con la intención de transformar democrática y progresivamente la cultura del centro.

 

Transformación democrática de la cultura escolar.

Bajo esta puntualización, el asesoramiento colaborativo debe ser coherente con sus propios principios, lo cual implica colaborar con la forma de actuar y con el contenido de la actuación, de este modo, puede considerarse que la principal tarea a la que deben sumarse los procesos de asesoramiento a los centros es la de su transformación en instituciones plenamente democráticas, es decir, todo el proceso no tiene que abordarse desde una perspectiva totalizadora o exhaustiva, es decir, someter a un grupo de profesores a un debate sobre todos y cada uno de los valores, principios o ideas que caracterizan a una escuela democrática.

 

Propuesta de trabajo cooperativo.

La principal preocupación del asesoramiento debe estar orientada tanto a ayudar a mejorar las condiciones (integración de las diferentes demandas en un único proceso dirigido a la mejora de la escuela; avances en la coordinación y relaciones entre el profesorado; mejora del funcionamiento de las estructuras organizativas del centro o crear otras nuevas; optimización de  las reuniones grupales; facilitar una mejor circulación de la información; etc.) como a la solución de problemas,  más directamente realizados con los procesos de enseñanza y aprendizaje.

El centro como unidad de cambio. Puesto que es en éste en el que se dan los cambios, lo importante es hacer crecer la participación e implicación del profesorado y de la comunidad educativa en el proceso de cambio.

Concreción de la colaboración entre el asesor y el centro.  Se trata de que se perciba la relación y el proceso de trabajo no como algo errático y difuso, sino como un conjunto de acciones que pueden ayudar a la solución eficaz de los problemas. Estas consideraciones han configurado un conjunto de tareas que se han denominado construcción conjunta de una relación productiva entre el asesor y el centro para comenzar un proceso de mejora. El atributo “construcción conjunta” pone el énfasis en el carácter procesual y colaborativo de estas tareas.

Generación de procesos y actitudes.

El aspecto más importante del trabajo colaborativo es la generación de procesos y actitudes que faciliten en las instituciones educativas la transformación de su cultura. Los procesos básicos que deberían generarse al tiempo que se ayuda a resolver los problemas del centro son los de participación, implicación y compromiso, deliberación y decisión conjunta, apropiación, construcción compartida de la realidad, apoyo mutuo y análisis, reflexión y comprensión. Por otra parte, deberán ir produciendo otros procesos más específicos relacionados con cada una de las tareas que caracterizan la investigación y solución colaborativa de los problemas de la escuela.

Los procesos de participación, implicación y compromiso y deliberación y decisión conjunta, puede decirse (según Guarro, 2005) que constituyen la estructura social, o también los valores más de carácter organizativo, sobre la que se asientas el trabajo colaborativo.

Por otra parte, la transformación de la cultura escolar debe abordar el proceso de construcción compartida de la realidad, es decir, deben actuar como organizaciones y no como la suma de individuos, por eso es que juntos han de construir la realidad que viven. Por esto es que la escuela ha de transformar su cultura organizativa y profesional, de modo que ha de favorecer dos tipos de procesos: el apoyo mutuo y la reflexión sobre, y la comprensión de, las acciones encaminadas al cambio.

Capacitación de la escuela.

El asesoramiento debe procurar que el profesorado realice las tareas más convenientes en cada momento, pero también que comprenda su naturaleza y sentido para que las pueda plantear y resolver autónomamente, sin necesidad de que el proceso de mejora esté dinamizado por el asesor, ni siquiera que esté presente físicamente. Esto se conseguirá si los docentes tienen una actitud de apertura ante el asesor y lo vean como alguien que les ayudará a resolver un problema, no como quien tiene que resolver el problema, otra cuestión es que el profesorado tiene que acostumbrarse a asumir responsabilidades y por último, se ha de pretender autonomía de la escuela en la solución de sus problemas.

Investigación y solución de problemas prácticos.

v  Autorrevisión crítica de la escuela y la identificación de ámbitos preferentes de mejora. Para ordenar y priorizar su realidad y sus ámbitos de mejora.

v  Análisis de los problemas identificados. Utilizando algún instrumento, para que los problemas priorizados puedan ser entendidos y así profundizar en el tema.

v  Búsqueda de soluciones como preparación para la elaboración del plan de acción. Tomando en cuenta las posibles consecuencias de las soluciones adoptadas. Se trata de un análisis conjunto que dará cuenta de cómo se manifiesta el problema en el centro y en las aulas.

v  Planificación de la acción. Supone un esbozo de la acción suficientemente claro e ilustrativo, a través de una planificación sistematizada en la cual puede incluirse a los alumnos, a parte de los profesores.

v  Preparación para el desarrollo del plan.  Es necesario tener en cuenta las condiciones necesarias para que todo el proceso planeado pueda ser operativo.

v  Desarrollo colaborativo del plan. El desarrollo de la práctica es el marco ideal para el afianzamiento de los valores característicos de una cultura profesional colaborativa, de tal modo que se convierte en un espacio de aprendizaje para comprender mejor lo que sucede, para solucionar los problemas que se van planteando.

v  Evaluación del proceso. Se concentra en un proceso de recogida de análisis e interpretación de datos que nos permitiera ofrecer algún tipo de respuesta sobre los resultados positivos o negativos que se han podido obtener de un proyecto de cambio, como en el que está inmerso la escuela.

v  Institucionalización del cambio. Es la finalización de la tarea de asesoramiento. Son los factores administrativos los que ponen final a las relaciones de asesoramiento en los centros.
 
Referencia.

Guarro, P. (2005). “Modelo de proceso” o “la estrategia del proceso de asesoramiento desde la colaboración”: una (re)visión desde la práctica. En: J.D. Segovia (Coord). Asesoramiento al centro educativo. Colaboración y cambio en la institución. Barcelona: Octaedro, p. 203-226.   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1 comentario:

  1. Los puntos faltantes se encuentran en el menú a lado derecho de la página, ya que por alguna extraña razón no aparecen en continuidad.... :)

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