PROCESOS Y FASES.
En
este apartado se aludirá a una visión
estratégica del proceso de asesoramiento, desde la perspectiva de la
colaboración. Guarro menciona que hablar de modelo de procesos es acertado en cuanto pone el énfasis en un
aspecto esencial del trabajo colaborativo: la generación de procesos que
faciliten en las instituciones educativas un cambio cultural.
Por
otra parte, la visión estratégica del proceso de asesoramiento colaborativo es
una propuesta de trabajo cooperativo que el asesor ofrece al centro como
institución para concretar mejor la colaboración entre ambos y cuya finalidad
es la generación de una serie de procesos encaminados a la capacitación de la
escuela para la investigación y solución de problemas que surgen desde la
práctica educativa, con la intención de transformar democrática y
progresivamente la cultura del centro.
Transformación
democrática de la cultura escolar.
Bajo
esta puntualización, el asesoramiento colaborativo
debe ser coherente con sus propios principios, lo cual implica colaborar con la
forma de actuar y con el contenido de la actuación, de este modo, puede
considerarse que la principal tarea a la que deben sumarse los procesos de
asesoramiento a los centros es la de su transformación en instituciones
plenamente democráticas, es decir, todo el proceso no tiene que abordarse desde
una perspectiva totalizadora o exhaustiva, es decir, someter a un grupo de
profesores a un debate sobre todos y cada uno de los valores, principios o
ideas que caracterizan a una escuela democrática.
Propuesta
de trabajo cooperativo.
La
principal preocupación del asesoramiento debe estar orientada tanto a ayudar a
mejorar las condiciones (integración de las diferentes demandas en un único
proceso dirigido a la mejora de la escuela; avances en la coordinación y
relaciones entre el profesorado; mejora del funcionamiento de las estructuras
organizativas del centro o crear otras nuevas; optimización de las reuniones grupales; facilitar una mejor
circulación de la información; etc.) como a la solución de problemas, más directamente realizados con los procesos
de enseñanza y aprendizaje.
El centro como unidad de
cambio. Puesto que es
en éste en el que se dan los cambios, lo importante es hacer crecer la
participación e implicación del profesorado y de la comunidad educativa en el
proceso de cambio.
Concreción de la
colaboración entre el asesor y el centro. Se trata de que
se perciba la relación y el proceso de trabajo no como algo errático y difuso,
sino como un conjunto de acciones que pueden ayudar a la solución eficaz de los
problemas. Estas consideraciones han configurado un conjunto de tareas que se
han denominado construcción conjunta de
una relación productiva entre el asesor y el centro para comenzar un proceso de
mejora. El atributo “construcción conjunta” pone el énfasis en el carácter
procesual y colaborativo de estas tareas.
Generación
de procesos y actitudes.
El
aspecto más importante del trabajo colaborativo es la generación de procesos y
actitudes que faciliten en las instituciones educativas la transformación de su
cultura. Los procesos básicos que deberían generarse al tiempo que se ayuda a
resolver los problemas del centro son los de participación, implicación y
compromiso, deliberación y decisión conjunta, apropiación, construcción
compartida de la realidad, apoyo mutuo y análisis, reflexión y comprensión. Por
otra parte, deberán ir produciendo otros procesos más específicos relacionados
con cada una de las tareas que caracterizan la investigación y solución
colaborativa de los problemas de la escuela.
Los
procesos de participación, implicación y compromiso y deliberación y decisión
conjunta, puede decirse (según Guarro, 2005) que constituyen la estructura social, o también los valores
más de carácter organizativo, sobre la que se asientas el trabajo colaborativo.
Por
otra parte, la transformación de la cultura escolar debe abordar el proceso de construcción compartida de la realidad,
es decir, deben actuar como organizaciones y no como la suma de individuos, por
eso es que juntos han de construir la realidad que viven. Por esto es que la
escuela ha de transformar su cultura organizativa y profesional, de modo que ha
de favorecer dos tipos de procesos: el
apoyo mutuo y la reflexión sobre, y la comprensión de, las acciones encaminadas
al cambio.
Capacitación
de la escuela.
El
asesoramiento debe procurar que el profesorado realice las tareas más
convenientes en cada momento, pero también que comprenda su naturaleza y
sentido para que las pueda plantear y resolver autónomamente, sin necesidad de
que el proceso de mejora esté dinamizado por el asesor, ni siquiera que esté
presente físicamente. Esto se conseguirá si los docentes tienen una actitud de
apertura ante el asesor y lo vean como alguien que les ayudará a resolver un
problema, no como quien tiene que resolver el problema, otra cuestión es que el
profesorado tiene que acostumbrarse a asumir responsabilidades y por último, se
ha de pretender autonomía de la escuela en la solución de sus problemas.
Investigación
y solución de problemas prácticos.
v Autorrevisión crítica de la escuela y
la identificación de ámbitos preferentes de mejora. Para ordenar y priorizar su realidad
y sus ámbitos de mejora.
v Análisis de los problemas
identificados.
Utilizando algún instrumento, para que los problemas priorizados puedan ser
entendidos y así profundizar en el tema.
v Búsqueda de soluciones como
preparación para la elaboración del plan de acción. Tomando en cuenta las posibles
consecuencias de las soluciones adoptadas. Se trata de un análisis conjunto que
dará cuenta de cómo se manifiesta el problema en el centro y en las aulas.
v Planificación de la acción. Supone un esbozo de la acción
suficientemente claro e ilustrativo, a través de una planificación sistematizada
en la cual puede incluirse a los alumnos, a parte de los profesores.
v Preparación para
el desarrollo del plan.
Es necesario tener en cuenta las condiciones necesarias para que todo el
proceso planeado pueda ser operativo.
v Desarrollo colaborativo del plan. El desarrollo de la práctica es el
marco ideal para el afianzamiento de los valores característicos de una cultura
profesional colaborativa, de tal modo que se convierte en un espacio de
aprendizaje para comprender mejor lo que sucede, para solucionar los problemas
que se van planteando.
v Evaluación del proceso. Se concentra en un proceso de
recogida de análisis e interpretación de datos que nos permitiera ofrecer algún
tipo de respuesta sobre los resultados positivos o negativos que se han podido
obtener de un proyecto de cambio, como en el que está inmerso la escuela.
v Institucionalización del cambio. Es la finalización de la tarea de
asesoramiento. Son los factores administrativos los que ponen final a las
relaciones de asesoramiento en los centros.
Referencia.
Guarro, P. (2005). “Modelo de proceso” o “la estrategia del proceso de asesoramiento desde la colaboración”: una (re)visión desde la práctica. En: J.D. Segovia (Coord). Asesoramiento al centro educativo. Colaboración y cambio en la institución. Barcelona: Octaedro, p. 203-226.
Los puntos faltantes se encuentran en el menú a lado derecho de la página, ya que por alguna extraña razón no aparecen en continuidad.... :)
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